¿La Renta Básica Universal (RBU) es la solución definitiva?

¿La Renta Básica Universal (RBU) es la solución definitiva?

Muchas personas están confundiendo este concepto con el Ingreso Mínimo Vital (IMV) que es una prestación pensada solo para personas en situación de vulnerabilidad, especialmente aquellas que se han visto afectadas económicamente por la crisis del Coronavirus.

En este artículo hablaré sobre la RBU. La Renta Básica Universal es una prestación incondicional a la que tendrían derecho todos los ciudadanos por el hecho de serlo. Todas las personas, independientemente de la edad u hogar en el que conviven, tendrían derecho a percibirla. Y es incondicional, pues no depende de los ingresos que se tienen o de si se trabaja o no. Esta renta incondicional y universal beneficiaría a las personas, sin ningún tipo de estigma social, porque la percibiría toda la población, tener cubiertas todas las necesidades básicas y, por lo tanto, la libertad para poder desarrollarse plenamente como seres humanos.

La mayoría de las prestaciones actuales están condicionadas al cumplimiento de determinadas circunstancias que suelen ser incompatibles con la obtención de empleo u otros ingresos. Por lo tanto, suponen un desincentivo al empleo y un estímulo a la economía sumergida (trampa de la pobreza). La mayor parte de las prestaciones implican el reconocimiento público de situaciones de marginación, con lo que ello supone de estigmatización social.

La Renta Básica Universal tendría estás ventajas:

  1. Es una medida directa y eficaz contra la pobreza. Las familias dispondrían de los recursos mínimos para garantizar su subsistencia.
  2. Es de sencilla aplicación y gestión, hecho que supondría un ahorro de recursos de la administración. Además, algunas de las ayudas serían sustituidas por la RBU.
  3. La compatibilidad explícita con cualquier otro ingreso permite obviar la trampa de la pobreza, así como eliminar incentivos al fraude y las barreras para aceptar ofertas de empleo.
  4. Desaparece cualquier atisbo de estigmatización social o vergüenza, para recibirla.
  5. Se conseguiría reactivar la economía dotando de liquidez a los consumidores.

Sin embargo, también hay que tener en cuenta los inconvenientes:

  1. Para implantar la RBU es necesario contar con recursos suficientes para su pago. Las rentas altas tendrían que soportar el coste de las rentas inferiores, por lo que algunos colectivos sociales se verían perjudicados por esta medida.
  2. Se podría desincentivar el trabajo. Si se garantiza una renta a cada individuo, el incentivo para trabajar disminuiría, especialmente para las rentas más bajas. Si trabaja menos gente, habrá menor producción y menor renta a repartir. Aunque el RBU, en teoría y justamente, debería ayudar a las personas a mejorar su situación laboral mediante a la formación, debería permitir tener más posibilidades de cambiar de residencia o de poder desplazarse para obtener un empleo. La idea es que tener el RBU mejora la autopercepción del estado mental y la satisfacción con la vida de cualquiera.
  3. La desventaja más importante es que la RBU no va dirigida sólo a quien realmente lo necesita. Es un pago a todos, con independencia de su nivel de renta.

La alternativa a no disponer de una Renta Básica Universal es el incremento de probabilidad de que se produzcan disturbios sociales, conflictos, migraciones masivas incontrolables y la proliferación de grupos extremistas que se aprovechan y agitan la frustración social. Es en este contexto se debe considerar seriamente la posibilidad de aplicar una Renta Básica Universal bien diseñada, porqué quizás es la única solución.

Anuncio publicitario

¿Qué es el «Whistleblowing» empresarial?

¿Qué es el «Whistleblowing» empresarial?

Este término anglosajón, que se traduciría definir como » toque de silbato», se utiliza para definir a aquellos mecanismos y servicios que las empresas ponen a disposición de sus empleados (canales de denuncia, buzones de sugerencias…) para que puedan informar de una manera anónima, segura y sin el temor de posibles represalias de aquellas conductas o inacciones que pueden ser constitutivas de quebrantamiento de normas internas o políticas de la empresa.

Con este servicio de whistleblowing, el empleado tiene siempre abierto un canal para hacer llegar sus preocupaciones a las personas adecuadas dentro de la empresa antes de que el problema se haga innecesariamente grande o desemboque en una denuncia ante un órgano jurisdiccional.

La empresa, cuando tenga constancia de un «toque de silbato», deberá ponerse a investigar los hechos objeto de la denuncia, controlando la situación desde el principio, que indudablemente permitirá ahorrar mucho tiempo y dinero a las organizaciones empresariales.

Esta figura surgió en Estados Unidos en los años 60 y se ha ido afianzando poco a poco hasta tal punto que, hoy en día, es fundamental en la implantación de un modelo efectivo de Compliance con el que prevenir la comisión de delitos o la detección de anomalías que evitarán daños reputacionales.

El whistleblowing está de actualidad por haberse publicado una reciente directiva comunitaria para regular la forma de realizar las denuncias internas y las garantías del denunciante. Y es que, el 7 de octubre de 2019, el Consejo de la Unión Europea dio a conocer la aprobación de la Directiva sobre whistleblowing, que deberá entrar en vigor en España en un plazo máximo de dos años desde su publicación. Esta directiva se deberá aplicar de forma generalizada en las empresas de más de 50 trabajadores.

Ahora bien, conviene que las empresas que piensen incorporar (o ya cuenten) con este sistema, tengan en cuenta cambiar el sistema de anonimato por el de confidencialidad de los datos del denunciante, para con ello garantizar el cumplimiento de la LOPD.

¿Por qué se ha creado esta ley? Pues porque si analizáramos el conjunto de la normativa nacional de los distintos países europeos comprobaríamos que en muchos países (como por ejemplo España) no existe ninguna norma específica que regule las garantías o derechos de los denunciantes de un incumplimiento normativo empresarial.

Al tratarse de un cambio legislativo introducido por una directiva comunitaria deberemos esperar para que sea plenamente efectiva por medio de su trasposición a través de una ley española. Hasta ese momento el contenido de la directiva whistleblowing no será plenamente aplicable en España.

Los requisitos para implantar un canal de denuncias son:

•             Transparencia del procedimiento

•             Sencillez de uso

•             Información a los trabajadores

•             Conductas que pueden denunciarse

•             Protección del denunciante y denunciado

•             Análisis de indicadores

•             Protección de datos

•             Auditoría externa de los delitos fiscales: para supervisar de manera externa las irregularidades de trascendencia financiera y contable que se hayan denunciado a través del canal de denuncias.

La finalidad del canal de denuncias lo podemos distinguir en distintos aspectos:

1.            Promover la sostenibilidad de los valores éticos, las normas de conducta en el trabajo y las relaciones con los distintos grupos de interés de la empresa.

2.            Comunicar conductas indebidas que podrían ser susceptibles de ser informadas al canal de cumplimiento.

3.            Evitar los fraudes o corrupción que pueda causar daños en la imagen o reputación de la empresa, con las pérdidas económicas que se pueden derivar.

En definitiva, la nueva directiva viene a reforzar la idea de que las empresas deben contar con recursos especializados en todas las áreas del Derecho afectadas por la tramitación de una denuncia interna, de forma adecuada para eliminar o reducir potenciales incumplimientos y/o sanciones.

Despedido por un algoritmo

Despedido por un algoritmo

Piense por un momento en si usted ocuparía el mismo puesto de trabajo que tiene si se hubiera utilizado un algoritmo para contratarle.

La automatización y digitalización de procesos en el trabajo puede simplificar muchas tareas, pero también tener consecuencias para los empleados. El verdadero cambio derivado de ello es que las máquinas están empezando a ser utilizadas para tomar decisiones.

En las últimas semanas, ha habido mucha polémica, por los casos de exempleados de Amazon que afirman haber sido despedidos de la empresa, después de recibir un correo automatizado, generado por algoritmos, indicando que ya no estaban haciendo su trabajo correctamente.

A nadie se le escapa, qué en un futuro próximo, muchos de los trabajos que ahora realizamos los harán robots, pero parece que la idea que los robots decidan si continuamos con nuestros trabajos actuales, está costando más de asumir.

En principio este sistema estaba diseñado para analizar el trabajo de los repartidores y crear opciones de mejora. Pero al final se ha convertido en una herramienta de medición de rendimiento y desempeño. El Big Data, los algoritmos y la inteligencia artificial permiten actualmente que el empresario procese mucha más información de los empleados.

Personalmente no creo que aún a día de hoy exista la posibilidad de evaluar automáticamente a un trabajador por su valor añadido, por su parte intangible, como puede ser el compromiso, su capacidad de evolución, la empatía, etc… Cómo va un algoritmo a detectar cuando un compañero ofrece una sonrisa sincera de buenos días, mantiene una conversación de apoyo en un momento difícil, felicita el cumpleaños o reconoce el esfuerzo de otra persona.

El problema es que al final, para posiciones laborales que realizan tareas mecánicas o repetitivas, el rendimiento es algo diferencial y que puede hacer que una compañía tenga ventajas competitivas y, por lo tanto, mejores resultados.

Hay un movimiento de pensamiento que proponen algo que parece lógico: el derecho del trabajador pueda solicitar que la decisión de un algoritmo sea revisada por humanos, pero un algoritmo siempre tomará la decisión lógica, de acuerdo con los criterios con los que hay sido programado, en cualquier caso, su decisión será igual de justa o injusta para todos. Y aunque pudiesen cometer errores, su coste sería mucho menor respecto a contratar personas para revisar estos casos.

La gestión de personas mediante algoritmos se está extendiendo y cada vez se utilizan más datos de fuentes diferentes en los procesos relacionados con los recursos humanos. Todo el tiempo vamos dejando un rastro de datos detrás nuestro que abarcan desde nuestros perfiles en las redes sociales, likes y publicaciones, hasta las llamadas telefónicas a los servicios de atención al cliente, las visitas al médico, el uso del GPS o las retiradas de efectivo en el banco.

Existen herramientas para medir en atención telefónica el tono de la voz y el estado de ánimo de los clientes y los trabajadores. O por ejemplo a través de dispositivos (como sería una pulsera Fitbit) se puede la salud y actividad física con el supuesto objetivo de convertirse en una empresa saludable, pero que pueda servir para relegar a trabajadores con riesgo de tener bajas. También se puede controlar los empleados en entornos productivos y analizar cualquier movimiento que realicen con las manos o los brazos para medir su eficacia.

El escenario tan supuestamente molesto, donde pasaba el jefe o el responsable un par de veces cada hora para ver si realmente el empleado estaba realmente trabajando, al final, no era nada comparado, con el futuro que nos espera.

Los objetivos de la empresa: OKR y KPI

Los objetivos de la empresa: OKR y KPI

¿Cómo planteas los objetivos en tu empresa? ¿Utilizas alguna metodología especial? ¿Esto te ayuda a obtener los resultados que buscas?

Hoy en día es difícil encontrar alguna empresa que no utilice los KPI (Key Performance Indicators), pero pocas aprovechan su ampliación a nivel de gestión.

Los OKR (Objectives Key Results) es un sistema de objetivos creado por Andrew Grove, ex CEO de Intel, centrado en simplificar la manera de encarar los objetivos principales de una empresa.
Desde su creación, y gracias a los resultados exitosos que ha tenido dentro de la compañía, fue incorporado por grandes empresas como Google, Airbnb, Spotify y Twitter.
Los OKR son un conjunto de objetivos vinculados con resultados clave medibles, que se calificarán y actualizarán en consecuencia cada año o trimestre. Utilizarlos ayuda a reducir la frustración de las personas involucradas en el alcance de los objetivos y a incrementar la claridad, el foco y la participación. Es un sistema aplicable a cualquier tipo de empresa. OKR no requiere de una gran estructura de soporte, sino de un compromiso para el logro de las metas propuestas.
Antes de aplicar OKR se deben tener claras las respuestas a las siguientes preguntas:
• ¿A dónde quiero ir? Esta respuesta proporciona el objetivo.
• ¿Cómo voy a saber si estoy llegando allí? Esta respuesta proporciona los hitos o resultados clave.

Los OKR consisten en un listado de objetivos alineados con la misión y la visión de la compañía. Debajo de cada objetivo debe haber resultados clave medibles. Cada resultado clave se puede medir con una puntuación de 0 a 100% de cumplimiento.

La estructura de OKR es muy simple y consta de tres ejes sobre los cuáles debemos trabajar:
• Objetivos: Es la descripción de una meta a alcanzar en el futuro. Debe ser direccional, estar alineado, tener un fuerte impacto en la organización y ser inspiracional.
• Resultados Clave: Es una métrica con un valor inicial y un valor objetivo, que mide el progreso hacia dicho objetivo. Debe ser ambicioso, medible y específico. Estos resultados se suelen entender como los KPI de la empresa
• Iniciativas: Es la descripción de las tareas a realizar para influir en el resultado clave. Describe lo que haremos para alcanzar los objetivos. Deben ser específicas, alineadas y medibles.

Si deseas perfeccionar un plan o proyecto que se haya hecho antes o que esté en curso, los KPI son una buena opción. Pero si estás buscando cambiar la dirección general de tu negocio y hacer más ejecutable la estrategia, necesitas partir de los OKR.
Los KPIs son como el tablero de un automóvil: te indican a qué velocidad vas y cuánto combustible tienes. Los OKR son como un GPS: te llevan a dónde quieres ir. El propósito no es el mismo.


Si bajamos estos conceptos al terreno personal para poner un ejemplo, serían
1 ¿Dónde quieres ir? Esto te da tu objetivo, el que quieres conseguir. Imaginemos que queremos viajar a Escocia.
2 ¿Cómo llegarás (cómo lo vas a medir)? Esto da los key results. Los key results son el como: cómo sabrás si lo consigues. Expresan resultados, se pueden medir y si los alcanzas, habrás llegado a tu meta.
3 ¿Qué tienes que hacer para llegar? Esto te da tus tareas. El trabajo duro diario para conseguirlo.

¿Qué es la economía YOLO?

¿Qué es la economía YOLO?

Los efectos de la Covid-19 están siendo particularmente profundos en los países más afectados por la pandemia y en aquellos que dependen en gran medida del comercio internacional, el turismo, las exportaciones de productos básicos y el financiamiento externo.

¿Has escuchado la frase «Toda crisis es una oportunidad?

Personalmente no creo que esta frase hecha generalmente se use de forma correcta. La crisis es crisis y la oportunidad es oportunidad. No son términos intercambiables. La oportunidad de tener una pareja, no es lo mismo que una crisis de pareja. Muchas veces se sostiene que la crisis es positiva porque obliga a las personas a salir de su zona de confort, reinventarse y aprender cosas nuevas. Pero la crisis genera emociones negativas, obliga a reaccionar bajo presión y no potencia una creatividad de valor.


Una de las reacciones más atípicas a esta reciente crisis mundial es el movimiento YOLO en inglés “you only live once”, “solo se vive una vez”. Las personas que la siguen, en vez de buscar una estabilidad laboral, que quizás sería lo obvio, viendo la destrucción de empleo que ha habido, renuncian y rechazan esta posibilidad a cambio de la búsqueda de nuevas experiencias financieras, de forma más libre y personal, que pueda ofrecer a largo plazo, una estabilidad que no tenga dependencia con un jefe / empresa de otro.

Que haya emprendedores es fantástico para la sociedad, pero que estos lo sean, como respuesta a un mal año, no es la mejor opción. Es importante entender que cualquier emprendimiento que uno quiera llevar a cabo requiere tiempo, paciencia y dedicación.

Existen trabajadores, que después de estar un año encerrados y habiendo obtenido ahorros, buscan vivir el presente, arrancar un nuevo negocio, convertir aquel pasatiempo en una actividad rentable de tiempo completo, o dedicarse finalmente a escribir el tan soñado libro o guion para una película. Otros se resisten a la orden de sus jefes de volver a la oficina y amenazan con renunciar si no los dejan trabajar dónde quieren y cuándo quieren.
Todos hemos tenido un año para evaluar si estamos viviendo la vida que queremos vivir, pero la tendencia YOLO, solo es apta para aquellas personas que disponen de un colchón financiero y que por titulación, experiencia y conocimiento puedan regresar al mercado laboral. Este movimiento empuja a no pensar, ni planificar el futuro y a gastar más de lo que se tiene. No cualquiera puede permitirse dejar de lado la cautela.

La generación que más se ha lanzado a este cambio es la Millennial. Uno de los motivos sería que, al estar percibiendo salarios bajos, no tienen miedo a realizar este cambio. El problema es que esta generación no destaca por tener grandes ahorros. Otro de los factores es que, con tanto teletrabajo, a los más jóvenes les ha hecho sentirse más lejanos y menos vinculados a la empresa.

Sea una posición individual acertada o no, las empresas no pueden dejar de tomar buena nota, y redoblar sus esfuerzos y su conocimiento de las motivaciones de esas generaciones jóvenes tan disruptivas a todos los niveles, para no perder ese valioso talento en sus organizaciones.
De hecho, algunas empresas como LinkedIn, Twitter, Credit Suisse o Houlihan Lokey, han regalado vacaciones pagadas, días libres extra, bonos de calidad de vida, etc. Para vincular a sus empleados y ayudar así a superar los efectos de la pandemia.

La reputación online

La reputación online

La reputación online, también denominada OnLine Reputation Management (ORM), es la imagen y el nivel de prestigio sobre una empresa o marca en internet. El problema es que no está completamente bajo el control de esta organización, ya que todos los usuarios de internet pueden contribuir a fabricarla aportando sus comentarios y opiniones.

Para entenderlo mejor, podemos considerar que la reputación online es la suma de dos aspectos complementarios:

  • Los factores internos, esto es, la información que la propia persona o empresa comparte sobre sí misma y las acciones online que lleva a cabo a lo largo del tiempo.
  • Los factores externos, es decir, toda la información que aportan otros usuarios, visitantes o consumidores.

Del mismo modo que un comentario positivo puede encumbrar tu marca, un comentario negativo o desafortunado puede perjudicarla seriamente a medio/largo plazo. Es el poder de las redes sociales.

Aunque algunos podrían decir que es mejor no tener ninguna reputación en línea, la realidad es que contar con una mala reputación o no tener una en absoluto puede ser igual de perjudicial.

Los estudios lo confirman: el 74% de los consumidores realiza una búsqueda en Google antes de comprar un producto o servicio. El 90% de los consumidores también confía en sus amigos, un 78% revisa las reseñas de usuarios desconocidos de Internet y, un 16% revisa la publicidad de marca.

Más del 60% de los consumidores, afirman que se alejan de una marca si encuentran mayoría de comentarios negativos, mientras que un 15% aproximadamente, desconfía si no encuentra reseñas o rastro de los compradores.

Hay tres elementos para comprobar la reputación online:

  • Monitorizar la reputación online de tu marca en las redes sociales con herramientas como Social Mention o Buzzmonitor
  • Realizar búsquedas en los motores de búsqueda por nombre de marca (o perfil profesional), por productos o tipo de servicios para saber qué se dice de tu negocio en Internet.
  • Analizar las opiniones que se generan en torno a tus contenidos web mejor posicionados o con más volumen de tráfico, lo que puedes identificar mediante los informes de Search Console de Google.

¿Cómo mejorar la reputación online?

  • La inmensa mayoría de los problemas de reputación online se pueden resolver con una respuesta a tiempo que solucione el problema del usuario.
  • Añade testimonios y comentarios. Ver a otras personas opinando positivamente sobre algo da mucha confianza. Seguro que si has comprado online te has fijado en lo que han puesto otros compradores sobre el producto.
  • Sé accesible y cercano. Ya pasaron los tiempos en los que las marcas podían vivir en un pedestal. Ahora, internet ha igualado el terreno y se busca una relación mucho más «de tú a tú».
  • Uno de los secretos de la inteligencia emocional es comprender que casi todo el mundo cree tener razón… desde su punto de vista. Y esto se aplica también a los usuarios que se quejan de tu marca en internet
  • Cuida las formas. La historia de la reputación online está plagada de crisis causadas por community managers impertinentes, graciosillos, que se confundieron de cuenta o que sencillamente tenían un mal día.

La reputación online contempla un último condicionamiento que fija la atención de los expertos: el pasado. El rastro negativo en Internet es casi imposible de borrar, ya no tanto por la parte legal como por una mera cuestión técnica. Por lo tanto, vale la pena prevenir.

¿Cómo mejorar la imagen corporativa de una empresa?

¿Cómo mejorar la imagen corporativa de una empresa?

La imagen corporativa de una empresa es la imagen que el público tiene de esa entidad. Por un lado, son las ideas, sensaciones y prejuicios que tenemos antes de conocer los servicios o productos de una marca. Por otro: las experiencias y juicios que adquirimos después de conocerlos.

Una imagen corporativa bien construida y trabajada coherentemente, aporta beneficios como, por ejemplo:

  1. Promueve la identificación del cliente con los productos o servicios
  2. Aumenta y fortalece el valor de la marca.
  3. Ayuda a crear alianzas o colaboraciones.
  4. Brinda credibilidad.
  5. Atrae al talento, a profesionales quieran trabajar para la marca.
  6. Es un valor diferencial frente a los competidores.

Consejos para mejorar la imagen corporativa

  1. Protege tu nombre. Es recomendable que adquieras los dominios (.com, .es, .net, .cat…) el que tu cliente potencial use más a menudo y que el resto lo redirijas a tu dominio principal.
  2. Es necesario que vigiles la experiencia que los clientes tienen con tu negocio. Con encuestas de satisfacción, entrevistas, revisando estadísticas… Es importante ser agradecido, interactuar con el cliente y actuar en consecuencia de quejas, criticas y problemas.
  3. Es importante demostrar que puedes ser un líder de opinión en tu sector. Crea contenidos que estén al margen de la venta: blog, ebooks, guías, etc. No vendas, sólo informa, se útil.
  4. Publicita tu marca. Destaca las virtudes y valores de tu empresa, en campañas de internet.
  5. Invierte en posicionamiento. Lo cierto es que, si no estás en los primeros resultados de una búsqueda de Google, no existes.
  6. Usa las redes sociales para potenciar la imagen de marca en internet. Las redes sociales significan eso, ser sociable. Crear perfiles corporativos tiene una doble funcionalidad: sirve para demostrar al público que existes y te mantienes al día; y es un excelente canal de contacto bilateral con tus clientes, conocer sus opiniones y sus problemas. Las publicaciones en redes sociales ayudan a los clientes a recordar tu presencia.
  7. Diseña una web ‘amigable’. Cuida el diseño de tu portal web, considera tu página como un local, la tienda física donde recibes a tus clientes, los atiendes, muestras tus productos y efectúas tus ventas. Procura desarrollar un sitio web de fácil acceso, intuitivo y atractivo.
  8. Mantener la coherencia en todas las comunicaciones. En redes sociales, emails, blogs o youtube, es fundamental mantener el mismo estilo en las comunicaciones, tanto en la forma como en el fondo, pues es lo que nos ayudará a definir lo que percibe nuestro público objetivo.
  9. Cuenta historias. Una buena historia genera emociones y se retienen en la memoria. Los profesionales del marketing persiguen encontrar buenas historias para las campañas. Se debe contar no sólo con la historia de la propia marca, sino también de los consumidores con el objetivo de que se sientan identificados y comprometidos.
  10. Humaniza tu marca. A los usuarios nos gusta notar que detrás de una marca hay un equipo humano. Puede demostrar que ese es tu caso hablando sobre él, poniéndole cara mediante fotos, felicitando las fechas señaladas…
  11. Eventos locales. Durante todo el año se celebran multitud de eventos de temáticas muy diversas. Solo presta un poco de atención para detectar con antelación aquellas iniciativas que puedan ser interesantes. Participa en eventos que te aporten valores positivos y aprovecha la afluencia de gente para dar más visibilidad a tu marca. O por el contrario, haga su propio evento. Es la ocasión perfecta para conectar con sus clientes.

Invertir, gastando en mantenimiento.

Invertir, gastando en mantenimiento.

En cualquier empresa, grande o pequeña, hay algún tipo de maquinaria implicada en la operativa diaria. Y seguro que has escuchado el refrán “más vale prevenir que curar”. Pues este refrán, trasladado al mundo empresarial, se traduce en un buen mantenimiento preventivo.

Las averías en las empresas ocurren, y lo peor de todo es que son caras porque producen:

1.            Costes de reparación que incluyen gastos en materiales, gastos de personal, gastos en servicios subcontratados…

2.            Daños en las máquinas o instalaciones, que en algunos casos supone el acortamiento de su vida útil.

3.            Pérdidas de producción, ya que por un lado, se pierde la cantidad de producto que se ha obtenido con taras consecuencia de un mal funcionamiento, y por otro, el trastorno de la planificación al retrasarse las entregas. Pero lo más importante, el mal servicio si la situación afecta a los clientes.

4.            Riesgos para las personas. En algunas ocasiones, existen averías que pueden provocar accidentes muy graves.

Hay que distinguir dos tipos de mantenimiento el correctivo y el preventivo.

El correctivo es el de mayor coste y el que se encarga de reparar o realizar alguna mejora en la maquinaria ante alguna urgencia.

El mantenimiento preventivo es el que se realiza mediante inspecciones periódicas con el fin de revisar el estado de la maquinaria y evitar futuras averías.

Algunas acciones del mantenimiento preventivo son: ajustes, limpieza, análisis, lubricación, calibración, reparación, cambios de piezas, entre otros

El mantenimiento preventivo se divide en: mantenimiento programado, mantenimiento predictivo y mantenimiento de oportunidad. El mantenimiento programado se caracteriza por realizarse en un determinado tiempo o kilometraje; el mantenimiento predictivo se realiza a través de un seguimiento que determina el momento en que debe de realizarse la referida manutención y, el mantenimiento de oportunidad como lo indica su nombre se realiza aprovechando los periodos en que no se utiliza el objeto.

Las ventajas de realizar un buen mantenimiento preventivo son:

1.            El mantenimiento de maquinaria es más rentable a largo plazo que si de forma inminente debemos reparar una máquina que se avería.

2.            El mantenimiento de maquinaria periódico y realizado por buenos profesionales evitará las averías inminentes que paralicen la empresa. Si las máquinas están disponibles el mayor tiempo posible, se les puede sacar el máximo rendimiento

3.            Un adecuado mantenimiento de maquinaria favorece una mejor previsión del presupuesto de la empresa.

4.            Supone una ventaja competitiva.

5.            Al evitar daños en maquinaria y paradas sorpresa, también evitamos posibles accidentes laborales del personal.

6.            Descartamos con mayor probabilidad la posibilidad de producir y/o entregar productos y/o servicios defectuosos o en mal estado.

Estos son los pasos para ponerlo en práctica:

1.            Define tus metas y objetivos. Por ejemplo, reducir el coste del mantenimiento.

2.            Determina un presupuesto. Por ejemplo 70% del presupuesto en un plan preventivo y el resto en mantenimiento correctivo.

3.            Realiza un inventario de los equipos que han de mantenerse.

4.            Revisa cualquier tipo de mantenimiento anterior que se haya llevado a cabo en tu empresa.

5.            Infórmate sobre las obligaciones legales en cuanto a riesgos laborales, lugares de trabajo y mantenimiento de equipos.

6.            Reparte los roles profesionales correspondientes.

7.            Planifica el mantenimiento.

8.            Ejecuta tu plan de mantenimiento.

9.            Revisa tu plan cada cierto tiempo. Seguro que, en base a la experiencia que vayas adquiriendo, podrás ir añadiendo mejorías.

La gestión de prioridades en el trabajo

La gestión de prioridades en el trabajo

¿Tienes muchas cosas por hacer? La mayoría de personas está en esta situación y esto no es excusa.
El problema más grande es cuando uno se centra solo en resolver las “urgencias”, pero no tiene tiempo de realizar las tareas importantes.

Establecer prioridades es básico en cualquier organización. Solo así sabremos distinguir lo importante de lo urgente, y los lugares exactos en los que tenemos que centrar nuestros esfuerzos. Las prioridades son las que nos permiten estar cada día más cerca de alcanzar nuestros objetivos empresariales. Además, permiten hacer nuestro día a día mucho más fácil, ya que nos ayudan a enfocar nuestro trabajo en una dirección concreta. Por eso el establecimiento de prioridades es una competencia cada vez más demandada.

El objetivo de este artículo es reducir el uso de la frase «No tengo tiempo«. Creo que la cuestión no se basa en tener tiempo o no, sino de analizar cuáles son las prioridades, si estamos dedicando las horas a lo que realmente deberíamos.

La adecuada gestión del tiempo y la sabia gestión de prioridades marca la diferencia entre las personas que logran el éxito y las que no, tanto a nivel laboral como personal.
El tiempo es un recurso irrecuperable. Una vez que pasa no podemos dar marcha atrás para restablecerlo, se va y no vuelve. Vale la pena recordar, que todos contamos con las mismas horas del día y los mismos días de la semana.

Al final muchas veces de igual si el vaso está medio lleno o medio vacío, quizás lo importante es ir a buscar agua, rellenarlo y pasar a la siguiente historia.
A partir de aquí, te dejo unos consejos sobre cómo para priorizar, escoge las que más te encajen.

  1. Clasifica lo que es urgente e importante. Se aconseja dividir las prioridades en cuatro niveles diferentes: importantes y urgentes, importantes no urgentes, urgentes no importantes y no importantes y no urgentes. Para que no te sobrecargues, lo mejor es comenzar por el segundo grupo. Después de todo, quién puede resolver las cosas importantes de antemano nunca tendrá elementos en el primer grupo. Sin embargo, si ya estás en el primero, debes comenzar por ahí.
  2. Evalúa las consecuencias. Revisar las acciones que traigan beneficios y mejores resultados es un gran entrenamiento para aprender a priorizar. Pregúntate: “de todas las acciones que he elegido como prioridad, ¿Cuáles de esas traerán beneficios para la empresa de inmediato?”. Empieza por esa.
  3. Crea responsabilidades. Si delegas algunas responsabilidades al equipo, es más fácil obtener los resultados que anhelas.
  4. Valora a largo plazo. Es habitual que algunas prioridades se hagan innecesarias con el paso del tiempo. De la misma forma, otras necesidades pueden parecer más urgentes.
  5. Calcula los costos. La matemática acostumbra a ser una gran aliada cuando se trata de decidir algo. Si tienes una de aquellas largas listas de prioridades que dejan todo aún más confuso, calcular el costo-beneficio de tus tareas puede ayudar a aclarar tus pensamientos.
  6. Regla 1-3-5. Esta es una estrategia muy simple que se basa en la idea de que cada día podemos completar un máximo de 9 tareas divididas en: 1 Tarea grande e importante que te lleva directamente a tus objetivos semanales. 3 Tareas Medianas y de importancia media alineadas con tus objetivos semanales. 5 Tareas pequeñas y de importancia baja que no tienen por qué estar alineadas con tus objetivos actuales, pero que te permiten resolver un problema mayor futuro que solo puedes resolver tú. Para tener éxito con ella, si eres de las personas que suele tener muchas tareas urgentes, deja libre en tu planificación al menos 1 tarea mediana y 2 pequeñas, para evitar saltarte tu propia planificación. Esta regla no es inamovible, así que juega con estos números hasta encontrar tu combinación perfecta.

Mentalidad de mejora, mentalidad de proyecto

Mentalidad de mejora, mentalidad de proyecto

En la vida hay pocas verdades como esta frase “Tan solo existen tres tipos de personas: los que hacen que las cosas pasen, los que miran las cosas que pasan y los que preguntan qué pasó.” (Nicholas Murray).

Seguramente todos tenemos ideas sobre cómo mejorar nuestro puesto de trabajo, algún proceso, etc, ¿pero lo expresamos como toca? Seguramente muchas veces ni lo decimos, por miedo, inseguridad, pereza… Esto es un gran problema, porque a nivel empresarial, se desecha talento y no se aprovecha la suma de pensamientos que podrían mejorar la realidad.

En mi opinión debemos insistir en adquirir una mentalidad de creación de proyectos, aunque solo sea interna, personal, aunque no llegue a dirección, pero debemos dar un empuje, para que los trabajadores por cuenta ajena se impliquen y agranden su zona de confort.

Cualquier propuesta, cualquier mejora, por pequeña que sea, puede aportar valor a la empresa, por lo tanto ¿Por qué no proponerla?

La mejor manera de realizar una propuesta es una forma de proyecto. Un proyecto nace de:

  1. Una idea
  2. Reconocer un problema
  3. Ver una oportunidad

Ponerlo en práctica, ayudará a

  1. Mejorar o transformar un proceso de la empresa
  2. Adaptarse mejor a los cambios
  3. Explotar una nueva oportunidad de negocio

Una vez llega, por así decirlo, la inspiración, la mejor forma de comunicarla es por escrito, aunque solo sea en un solo folio. De ninguna manera es aceptable presentar esta propuesta enfrente de la máquina de café o en el ascensor, cuando uno se encuentra de pasada a un superior, en medio de su jornada laboral.

En este folio se debe reflexionar de forma corta si esta propuesta:

  1. Encaja con los objetivos y la estrategia de la empresa
  2. Añade valor a la situación actual
  3. Si tiene un beneficio, un retorno de la inversión o qué nivel de coste se debe asumir para llevarla a cabo.
  4. Si se puede llevar a cabo, a nivel de viabilidad técnica y organizativa
  5. Y sinceramente, poco más.

Hacer una propuesta de mejora demuestra interés, originalidad, ganas de mejorar, capacidad para crear y… ¿Qué empleador no quiere a trabajadores así en su empresa?

O visto de otro modo… ¿Que empresario quiere trabajando para él un rebaño de personas que son incapaces de aportar mejoras?

Como la habéis visto de ejemplo de muchas otras prácticas, en esta también. En Google, todos los ingenieros tienen un día a la semana (llamado “free thinking time”) para desarrollar sus propios proyectos, aunque sean muy alejados de la misión de la compañía; también se celebran 8 veces al año días de generación de ideas con hasta 100 ingenieros.

De hecho hay una frase de Steve Jobs que ilustra la esencia de este artículo “No tiene sentido contratar a personas inteligentes y después decirles lo que tienen que hacer. Nosotros contratamos a personas inteligentes para que nos digan qué tenemos que hacer.”

Eso sí, las “personas inteligentes” a las que se refiere Jobs no solo se caracterizan por el mero hecho de serlo, sino por saber usar sus conocimientos y pensamientos para ganarse la vida. Trabajan con la mente para pensar nuevas soluciones y alternativas constantemente, analizando información y planificando estrategias en base a la misma. Se distinguen por ser capaces de generar ideas, no sólo seguir órdenes.

Toda empresa necesita nuevas ideas para mejorar sus operaciones, reducir sus gastos y mantenerse competitiva. ¿De ahora en adelante vas a actuar?