En España es tradición cobrar 14 pagas, doce mensualidades más dos pagas extraordinarias que se dan en verano y en Navidades. Aunque en algunas empresas, se sigue el modelo de otros países de tener doce pagas, una por cada mes trabajado (de hecho, es lo más normal).

Algunos de vosotros seguramente ya habréis cobrado la paga extra de navidad y otros no, porque la tenéis prorrateada. ¿Es importante esta diferencia?

Para empezar, diré que está recogida en el Artículo 31 del Estatuto de los Trabajadores y que son una herencia de la dictadura franquista. La primera vez que surgió esta figura en nuestro país fue a mediados de la década de los 40. Tras la Guerra Civil, los salarios de los trabajadores se desplomaron y, para hacer frente a la crisis económica, se decidió que en las navidades de 1944, los trabajadores de industrias no reglamentadas cobraran una paga extra equivalente al salario de una semana. La paga extraordinaria de verano llegó unos años más tarde, en 1947, con el motivo de la conmemoración del 18 de julio, “Fiesta de la Exaltación del Trabajo”.

Estas dos retribuciones han ido evolucionando hasta el día de hoy. Actualmente de aquella gratificación no queda más que el nombre, “extraordinaria”, porque la paga extra hace referencia simplemente a la división en catorce pagas del salario bruto anual, no supone un ingreso extra que le empresa conceda voluntariamente como si fuera una bonificación.

Cuando se crearon las pagas también se incluyó la paga de beneficios, que se pagaba en marzo, pero solo la recogen algunos convenios. Y depende de en qué sector, pueden hacer 14,15 y más pagas.  

Y te preguntarás ¿Qué es mejor cobrar 12 o 14 pagas?

Lo más importante. En ambos casos se cobra lo mismo anualmente

¿Lo puede elegir el empleado o lo establece la empresa?

No es algo que se pueda elegir libremente. Son los convenios los que establecen el número de pagas anuales y hay que acogerse a eso.

¿A quién beneficia el reparto de las 14 pagas?

A la empresa. Pues tiene la capacidad de acumular dinero durante 6 meses, en vez de pagarlo y utilizarlo como le convenga, por ejemplo, obteniendo rentabilidad. Sobre todo si hablamos de grandes empresas con muchos trabajadores.

Para las empresas pequeñas, es mejor la solución de las 12 pagas, porque supone una tesorería más lineal y por lo tanto facilita hacer la previsión de los pagos sin tener que afrontar dos picos de coste.

¿Por qué hay trabajadores que prefieren las 14 pagas?

Por el hecho de tener un ingreso “extra” en verano y Navidad. Ingreso que pueden aprovechar para pagar las vacaciones, regalos navideños, etc. Aunque quizás esta forma de pensar, no sería la más acertada a nivel de gestión económica doméstica, porque ya presupone que este ingreso se gastará en elementos que no son imprescindibles o de primera necesidad.

¿Por qué hay trabajadores que prefieren las 12 pagas?

La ventaja principal es que reciben un sueldo mayor todos los meses, ya que, si cobran en catorce pagas, el sueldo es más bajo. Si somos buenos ahorradores e inversores, nos permite tener el dinero en la cuenta antes, lo que nos facilita una mejor gestión de nuestras finanzas personales. También hay aspectos psicológicos sobre la sensación de ir más desahogado y tener más capacidad de autonomía. Si se cobran las pagas prorrateadas, puede ser más fácil anticipar pagos de regalos u otros extras. Se puede afrontar el pago del alojamiento de vacaciones o el viaje que queremos realizar. Mientras, de la otra forma, en muchas ocasiones, el trabajador tiene que acudir a un préstamo, con los gastos adiciones que esto supone.

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