La multitarea o multitasking lleva tiempo presente en nuestras vidas. La capacidad de hacer más de una tarea a la vez se asocia con la productividad y el ahorro de tiempo.
Pero ¿es realmente efectiva?
Des de hace unos años todos los profesionales vivimos atados a un Smartphone que nos da la falsa ilusión de que podemos hacer un montón de cosas a la vez. Sin mencionar que, a veces, parece que todo es urgente: sea el correo electrónico, cuya notificación apareció en la pantalla, el mensaje de WhatsApp o cualquier otra notificación. Seguro que más de una vez, hablando por teléfono con un cliente, mientras mandas un email y respondes un Whatsapp a un compañero, mientras sientes que lo estás haciendo todo y todo bien, quizás el cliente te ha dicho: “¿me estás escuchando?” o te das cuenta de que has enviado un email con faltas de ortografía y hasta con frases sin sentido. Y es que es normal que haya un problema, porque no eres un malabarista.
Muchas empresas valoran que sus trabajadores tengan un “perfil multitarea”. Y nosotros mismos destacamos entre nuestros talentos o competencias la capacidad de hacer más de una cosa a la vez. La cuestión es que ser multitarea, no es lo mismo que ser polivalente. Esto último sí se puede considerar como una virtud en la mayoría de los casos, siempre que implique alternar tareas que dominamos, no combinarlas ni simultanearlas.
¿Por qué debes evitar hacer muchas cosas a la vez?
Así como dos cuerpos no ocupan el mismo lugar en el espacio, también es físicamente imposible para nuestro cerebro realizar más de una tarea a la vez, excepto para actividades automáticas, como respirar y digerir. Lo que entendemos como multitarea es básicamente la tendencia del cerebro a cambiar rápidamente de foco de atención.
Hacer varias cosas a la vez no es nada recomendable, por múltiples razones:
- Disminuye tu eficiencia. Cuando realizas dos tareas al mismo tiempo tardas más que si haces primero una y después la otra, porque al tiempo que necesita cada tarea tienes que añadir el tiempo que requieren todos los cambios de atención entre una y otra.
- Disminuye la calidad de tu trabajo. Los continuos cambios de atención hacen que tu cerebro sea más proclive a cometer errores. Y cuanto más complicadas sean las tareas que estás ejecutando a la vez, más alta será la probabilidad de equivocarte.
- Aumenta tu estrés. Esta forma de trabajo incrementa las pulsaciones del corazón y libera cortisol, la hormona que utilizamos para gestionar el estrés. Además, hace que seas una persona más distante y fácil de enfadar.
- Disminuye tu capacidad de disfrutar. Si te acostumbras a vivir así, tu capacidad de prestar atención a las cosas irá disminuyendo y no serás capaz de disfrutar de muchos de los acontecimientos que hacen la vida interesante.
- La dos últimas razones nos llevan irremediablemente a otra consecuencia: tus relaciones se resentirán.
- Es peligroso. Mirando una dirección en el gps del teléfono me caí por la calle. Si la distracción la hubiese tenido conduciendo, imagínate el resultado.
Para evitar caer en la trampa de la multitarea, existen estas técnicas:
- Crear un calendario con bloques de tiempo asignados a tareas, sin distracciones, eliminado las notificaciones y el email, durante cortos tiempos.
- Dedicar cada día de la semana a una sola tarea principal: día de realizar las facturas, día de reuniones, día de visitas comerciales, etc
- Diciendo que no a las tareas no necesarias y que no se pueden asumir.
- Trabajando con pequeñas metas buscando solo realizar pausas, entre objetivo y objetivo.